Había escogido el día de mi renuncia con 3 meses de anticipación.
En esos tres meses, aún me quedaban 13 días de vacaciones, así que decidí usarlos todos el mes antes de anunciar que me iba.
Tras 2 semanas enteras de relajación, recuerdo perfecto qué sentí tan pronto abrí mi correo de trabajo en Outlook el lunes que volví: una sensación de burnout invadió mi cuerpo, como si el peso del mundo y la gravedad me quisieran derribar.
Solo habían pasado 10 minutos desde que había vuelto, y mi energía ya había desaparecido.
Era mi cuerpo diciéndomelo: Renunciar es la decisión correcta.
Si estás leyendo esto, es probable que hayas sentido algo parecido esta semana tras las vacaciones de semana santa.
¿Qué hacía antes de convertirme en freelancer?
Puede parecer raro ver a alguien tan optimista hacia el freelancing y sus posibilidades a futuro en Latinoamérica. Mi lógica y las estadísticas que la acompañan las expliqué en este post anterior.
Hoy quiero compartirte cómo empecé yo en el freelancing, y por qué creo tanto en ello a nivel personal. Quizá te identifiques con mi historia.
A principios del 2020, llevaba 2 años y medio en el mismo puesto de trabajo. Era parte del área de mercadotecnia para una universidad, donde conocí la industria de la educación a fondo, quiénes la operan, y cómo piensan estas personas.
Amé y gocé los 2 primeros años con este trabajo. En él, descubrí mi pasión por la educación y por el diseño de experiencias de aprendizaje, viajé por todo México y conocí mucha gente agradable.
Sin embargo, en términos profesionales, viví todos los días la burocracia esperada de una institución tan grande. Intenté crecer muchas veces dentro de la empresa, sin recibir la oportunidad.
Llegó un punto en el que ya no aprendía nada nuevo. Ejecutaba las mismas tareas repetitivas todos los días, y mis colegas con quienes pasaba 8 horas al día no tenían ambiciones como las mías. Con el tiempo, eso me llenó de frustración.
Me sentía estancado, viejo e inútil a mis 26 años. “No estoy ganando habilidades que aumenten mi valor profesional, ni que puedan ser valiosas para otro trabajo. El mundo sigue avanzando y yo me estoy quedando atrás”, pensaba todos los días, una y otra vez, sentado en mi cubículo, mi pequeño purgatorio personal.
Cuando me preguntaban “¿a qué te dedicas?”, sentía vergüenza de responder por la impotencia que mi trabajo me hacía sentir. Me daba tristeza pensar que mi trabajo le correspondía a alguien recién graduado, 5 años más joven que yo.
Harto de sentirme así, y sabiendo que quedarme no traería nada bueno para nadie, decidí renunciar en Abril 2020. Pero exactamente dos semanas antes, en Marzo del 2020, comenzó la cuarentena a nivel mundial por la pandemia del Covid.
La incertidumbre en el mundo y el sector laboral me hicieron posponer mis planes. Tuve la fortuna de conservar mi empleo y mi estabilidad económica durante este tiempo, a diferencia de otras personas que lo pasaron mucho peor.
Contra todo pronóstico, duré un año más en la empresa. Pero el encierro agudizó mi sentir, afectó gravemente mi salud mental y empeoró mi relación con gente cercana a mí. “Ésa es una de las consecuencias de quedarte en un empleo que detestas”, pensé.
Pese a esto, algo positivo fue que planeé mejor las finanzas detrás de mi renuncia.
En Enero del 2021, finalmente cerré ese capítulo de mi vida, con ganas de emprender algo que fuera mío, que me diera un estilo de vida flexible, y que pudiera hacer desde cualquier parte del mundo.
Sabía lo siguiente:
Tiene que ser algo 100% digital, a prueba de pandemias
No quiero tener un horario fijo
No quiero volver a depender de que alguien “me dé la oportunidad”
Lo que escoja, debe ser algo que por practicarlo todos los días, aumente mi valor profesional cada día
Quiero que mi crecimiento dependa solo de mí y de mi proactividad
El momento de '¡Eureka!'
En los primeros meses del 2021, las cosas no iban como esperaba.
Llevaba desde Enero del 2020 con Procreatividad (mi canal de Youtube) sin grandes resultados. Mi contenido original se enfocaba en enseñar a jóvenes y adultos a cómo ser más creativos.
Si bien a 9 de cada 10 personas les gustaban mis videos, mi contenido no era algo que la gente busque, ni que el algoritmo de Youtube recomiende, pues no resuelve una problemática social.
Aprendí que la gente no pasa sus días pensando cómo ser más creativos. Más bien, tienen los mismos problemas que yo tenía en ese entonces:
Cómo ganar más dinero
Cómo dejar un trabajo que no les gusta
Cómo construir una vida flexible sin estar atados a una oficina, un horario, o un país específico
En un acto de gracia, Su Majestad El Algoritmo de Youtube I colocó frente a mí este video, donde una chica cuenta su experiencia ganando casi $400k USD al año como copywriter en una plataforma llamada Fiverr.
Conocía Fiverr de años atrás, pero nunca había ofrecido mis servicios ahí. Tampoco se me había ocurrido ofrecer copywriting, algo que hacía de vez en cuando en todos mis trabajos anteriores.
No esperaba resultados como los suyos. Pero me pareció una buena forma de ganar dinero en línea mientras decidía sobre qué construir un negocio de educación digital y qué hacer con mi canal de Youtube.
Para mi gran sorpresa, en menos de un mes en Fiverr, superé los ingresos quincenales de mi trabajo anterior por una fracción del tiempo invertido.
Estaba ganando dinero haciendo algo que disfruto (escribir), y que se beneficia de la ejecución constante (entre más escribo, mejor escritor soy, más proyectos agrego a mi portafolio, y más crece mi valor profesional).
Por diversión, documenté este proceso y los resultados de esta primer semana en Fiverr para mi canal de Youtube.
En una segunda sorpresa, al video le fue espectacular. Al momento de escribir este correo, es mi video más visto con 110K+ vistas.
Ahí todo hizo click: ¿Por qué no hacer contenido educativo sobre cómo ser freelance y crear un negocio digital de educación en torno a ello?
Todo embonaba con lo que quería:
Ganaría dinero trabajando como freelancer
El freelancing es 100% digital, flexible, y remoto. Lo puedes hacer desde cualquier parte del mundo
Crearía contenido educativo con lo que aprendo cada día como freelancer
Ayudaría a latinos a dejar trabajos que odian y a construir vidas flexibles e independientes
Ayudaría a latinos a ganar más dinero que en su trabajo actual consiguiendo clientes extranjeros para su negocio freelance
Solo faltaba validar la idea.
En el ‘rabbit hole' del freelancing
Para medir si existía demanda por este tipo de contenido, me uní a grupos de Facebook con freelancers en Fiverr y Upwork. Tomé nota de qué dudas se repetían una y otra vez, y hablé con decenas de freelancers por privado.
Pronto averigüé que el 99% de los que empiezan se rinden porque no tienen los mismos resultados que yo. Ni siquiera logran su primera venta 1 año después.
Hablando con ellos entendí perfectamente por qué: no saben vender su trabajo, ni estudiar la demanda del mercado para escoger qué servicios vender.
Esto mismo fue lo que aprendí después de mi mala experiencia creando videos sobre creatividad que nadie veía para mi canal de Youtube.
Se repetían tanto los mismos 10-20 errores entre todos los freelancers, que decidí publicar un ebook gratuito con mis 10 consejos principales para arrancar en Fiverr.
El cual puedes leer gratis haciendo click aquí.
¿Valió la pena? 🤔
Así empezó todo. Y a partir de entonces me he enamorado más y más de cómo el freelancing está redefiniendo el trabajo como lo conocemos (¡especialmente en Latinoamérica! 🙂).
Hoy en día sigo trabajando como freelancer, gestionando mis propios clientes, y aprendiendo algo nuevo todos los días. Y comparto el proceso en tiempo real en mi canal de Youtube para ayudar a otros a hacer lo mismo.
¿Lo mejor? Me divierto mucho todos los días y he conocido gente increíble a través de mi comunidad de Facebook con casi 5000 freelancers latinos. 😊 ¡Únete, aprende e interactúa con todos! El freelancing no tiene por qué ser solitario. 🙌🏽
Si quieres comenzar tu carrera como freelancer pero no sabes por dónde empezar, agenda una consultoría 1 a 1 conmigo. 😉
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Nos leemos a la próxima. 💌 🤗